Mi baja autoestima

27-feb.2014
No sé, a veces me siento tan hermosa, que siento que nadie me puede ganar en belleza. pero hay otras veces que hasta me pongo a llorar, yo se que a lo mejor algunos que me han visto llorar han de decir que me hago la mártir, pero no es así, si así me pongo es porque tengo mi autoestima demasiado bajo.
No sé que es lo que me haya pasado de niña o que es lo que me hayan dicho que así me quedé, no me puedo sentir bonita, siempre me siento menos que los demás es algo que no sé, no puedo dejar de sentirlo. Hay veces en que se lo digo a mi mamá pero ella sólo me dice "no les hagas caso, te tienen envida" pero me digo yo misma, "como van a tenerme envidia?" yo sé que a lo mejor  mi mamá sólo me lo dice para que ya no les haga caso, para que ya no me importe "el que dirán" pero es que aunque ellos no lo crean... sí trato de hacer que no me importe es sólo que a veces, cuando ya lo estoy logrando, llega alguien que me dice algo muy feo y de nuevo mi autoestima se vuelve a bajar. Y es que, ¿Como no estar así?, si desde que era niña ninguno de mis tíos me hacían cariños como se los hacían a mi prima Bita o a mi hermana, siempre quise que mi tio Juán me abrazara como abrazaba a mis primas, pero nunca fue así. En la escuela todos se burlaban  de mí, me decían que estaba bien fea, nadie me hablaba, me pateaban o tiraban mis cosas,  yo nunca se los dije a mis papás porque, ¿Que podían hacer ellos? Nada! Si lo hacía los wercos me harían cosas peores. Yo no nací como mi  hermana así de bonita e inteligente, pero no saben cuantas veces traté de ser como ella para que me quisieran, tan sólo un poquito. Pero ni aún así; mi hermana se enojaba cada vez que me vestía o compraba cosas como ella y dejé de imitarla, después traté de ser yo misma y tampoco funcionó. ¿Por qué no puedo llevarme bien con ninguno de mis primos? ¿Por qué no  me puedo llevar como Enrique y Bita? ¿Por qué cuando ella lo abraza él le corresponde, y cuando yo lo abrazo, siempre me quita o no me hace nada? ¿Por qué no me puedo llevar bien como Gustavo con mi hermana? ¿Porque no les caigo bien ni a mi propia familia? ¿POR QUE NO ME PUEDO SENTIR BONITA?!!! ¿Por qué no nací, casi perfecta como mi hermana? ¿Por qué no nací bonita como ella? A lo mejor si fuera bonita, si me quisiera mi familia, pero no es así, NO SOY BONITA!!!, no tengo bonito  caracter, no tengo nada bello en mí, más que no sé, se podría llamar nobleza, aunque la gente me haga algo, yo no puedo guardar rencores, siempre los ayudo en lo que puedo, y siempre los estoy apoyando; mas sin embargo, ¿Quién me apoya a mí? Yo sé que si no veo por mí, nadie más lo hará, pero necesito cariño por parte de mi
familia que me demuestren que me quieren, que no me insulten ni resalten mis errores o defectos, sino que me ayuden a corregirlos.
    Lo sé, es mucho, pero necesitaba desahogarme!.



RESPUESTA DE PAPA********************

   Siento en el alma tus palabras, hija mía, pero aquí te escribo estas anégdotas y te seguiré escribiendo muchas más para que veas que tú has sido parte muy importante en nuestra familia y que eres amada por todos nosotros.

El garrafón

   Cierto día, se encontraban de visita tu tía Cristina con tu Prima Bita. Estaban platicando en el primer cuarto de la casita y ahí estaba yo también, ya que, si recuerdas, la casita eran sólo dos cuartitos y el baño. Pues sucedió que Bita (de apenas unos dos o tres años) se subió a una sillita que estaba cerca del porta garrafón y giro la llave, y el agua empezó a salir. Cristina, oportunamente, cerró la llave y retiró a Bita de ahí. Al momento, te trepaste a la sillita para abrir la llave del garrafón, por lo que yo también reaccioné de la misma manera que tu tía. Lo curioso de este suceso es que  no se supe si hiciste eso para demostrarle a Bita que tú si podías hacerlo o tal vez porque pensaste en complacer a Bita en su deseo de que el agua se derramara al suelo.

El asotón

   Desde chiquita has sido una niña muy inquieta. No te gustaba quedarte en tu cuna y comenzabas a escalar el barandal para darte a la fuga, y de repente ¡Zas! Nomás se oía el trancazo. Cualquier otro niño se habría asustado y no se hubiera movido ya de su cuna por temor a otro golpe, pero tú no, seguías buscando tu libertad y nada te detenía. Conocí niños que al aprender a caminar, se cayeron y pasó mucho tiempo antes de que volvieran a intentarlo porque quedaron asustados con la primera caída, pero eso a ti nunca te detuvo, era más grande tu deseo por conquistar el mundo que el miedo a un mal golpe. Esto me llenaba de alegría y me sentía orgulloso de que, aunque eras una niñita chiquita, se veía desde entonces que no te ibas a dejar vencer por nada.

Bío-parque estrella

    Y hablando de trancazos, ¿Recuerdas la vez que te subiste a malacate en el bío-parque? Te sujetaste fuertemente del manubrio pero cuando estabas a punto de tocar tierra, decidiste soltarte y caíste desde una altura de 2 metros, y aunque había pastito, debió haberte dolido, si no en el cuerpo, al menos en el orgullo. Fui corriendo a levantarte y tú te abrazaste a mí porque te dio vergüenza por la gente que te había visto al caer, aunque no fueron más que dos o tres personas. Recuerdo que ese día te divertiste mucho al igual que tu hermana.

La escuela me hizo llorar

   Otro día, cuando fui a visitarlas (pues en una etapa de mi vida no viví con ustedes), pasé por la escuela como a la hora del recreo, porque esa semana estaba de vacaciones y fui a verlas en jueves; me parece que ibas en tercer año. Al voltear hacia la escuela te vi solita en la banca de piedra cerca de la puerta de la calle. Estabas comiendo unos tacos de maíz de papa o frijoles. Te acercaste a saludarme y yo te dije que a la salida iría por ti y me dirigí a la casa para ver a tu hermana. En ese momento no pensé en nada. Cuando se llegó la hora, fui a la escuela por ti y pasamos la tarde juntos y platicando normalmente. Cuando llegué a mi casa, me quedé pensando en aquel momento que te vi solita ahí en el recreo, y mi corazón se encogió al meditar que debería de haberme quedado contigo mientras te estabas comiendo tus tacos y comencé a llorar de una manera inconsolable, nada más de pensar que mi niña estaba solita ahí en el patio de su escuela y aparte comiendo unos tacos de maíz todos fríos. Quizá por eso te sientes que nadie te quiere, por nuestros errores, por nuestra falta de sensatez, pero quiero que sepas que yo te quiero mucho, que es muy difícil para mí, como padre, mediar las cosas entre tú y tu hermana, y aunque a veces ella se porta egoísta contigo, no dudo que ella te quiera mucho también, es sólo la cultura que se le inculcó, pues quizá a ella tampoco le demostramos mucho amor.

Mamá, la defensora

   

La gente siempre quiere educar a los niños de las demás personas. Ese fue el caso de tu tío Lucio cuando te empezó a regañar por algo que, a su parecer, estaba mal (aunque sus hijos eran más osados y traviesos). Pues se soltó gritando con sus regaños dándole vuelo a sus frustraciones paternas y sintiéndose con la libertad de la que, por respeto, se le había dado. Pero esta vez, la paciencia de tu mamá se había colmado y sin ánimos de faltarle al respeto a su tío, lo enfrentó y le reprochó el hecho de que te estuviera regañando como si no tuvieras quien te defendiera y más cuando a sus hijos no les corregía ni en la más terrible de sus travesuras.

Carlitos y el bulling

    Tu primo Carlos y yo siempre hemos llevado una buena relación. Nos respetamos y nos tenemos cariño porque lo he tratado desde chiquito. El siempre había sido un niño mitómanto. Hacía travesuras y le echaba la culpa a tu hermana Cárol. Al pasar el tiempo y puesto que Cárol ya se defendía sola (por cierto, resultó muy brava), Carlos ya no tuvo a quién molestar y voltió su mirada hacia ti, de tal manera que aprovechando que eras una niñita te empezaba a regañar, a gritar, a dar coscorrones, ect. Carlos no tenia miedo de nada porque, si le iban con el chisme a tu tia Mague, ella no le decia ni le hacia nada y por eso Carlos se chiflaba. Pero un día, tu mamá lo agarró y le dijo -Si sigues molestando a mi Samy le voy a decir a tu tio Lalo-. Esto puso en aprietos a Carlitos porque,  como ya te dije, hay cierto respeto entre él y yo y por eso le dijo a tu mamá -No tia!, ya no voy a molestar a Samy, pero no le diga nada a mim tio Lalo-. Como puedes ver, tu mamá siempre ha estado al pendiente de ustedes en lo que ha podido.

El regazo de tu hermana

   Una de las escenas que me han conmovido mucho en tu historia, es la vez que vi a tu hermana cargarte sobre sus piernas y abrazarte para consolarte. Era un domingo por la mañana y tu mamá y yo íbamos a traer barbacoa para almorzar. Siempre nos ha gustado comer barbacoa de la más rica y en esa ocasión la más rica la vendían cerca de la casa de tu tía Gloria, un tanto lejos pero valía la pena. Salimos de la casa y tú detrás de nosotros. Tu mamá te ordenó que te regresaras para la casa y tú te regresaste llorando. Yo le pregunté a tu mamá el “porque” no te quería llevar y me dijo que porque después te cansabas e ibas a querer que te cargaran. Yo le dije –vamos a llevarla, total, yo la cargo-. Nos regresamos por ti y cuando entramos, vi que tu hermana te tenía en sus brazos y te estaba consolando. Esto me conmovió mucho porque tu hermana tenía poco menos de 13 años.

Esa canción en tu voz

    ¿Recuerdas aquella canción que cantabas? Si, aquella de "La Factoria" -♫Tu mirada no me engañara más, tus besos ya no saben igual..." Esa canción me gusto mucho tan sólo por que tu la cantabas y a donde quiera que la escuchaba me acordaba de ti y recordaba tu carita chiquita, de niña triste y eso me ponia muy triste a mi también. En un tiempo estuve loco, no era yo mismo y me perdí entre fantasías tomando lugar en una vida ajena. Pero Dios me dió de su misericordia y me permitió regresar con ustedes y ahora me arrepiento de haber sido tan débil porque perdí mucho tiempo sin ustedes que son a quienes amo profundamente. Las amo, mi niña preciosa!